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En Junio, un grupo de astrónomos que utilizaron el telescopio espacial Hubble para observar 18 galaxias cercanas, determinaron que la edad del universo es de unos 12 mil millones de años. Su conclusión está basada en el estudio de estrellas pulsantes que habitan en galaxias como la nuestra. A partir de la medida del ritmo de pulsación de estas estrellas, los astrónomos determinaron su brillo verdadero, el cual, comparado con el que observamos, revela la distancia que nos separa de estas estrellas.
Seguramente que usted no fue el único que se preguntaba como funciona este método para medir distancias. Muy pocos de los informes sobre el descubrimiento explicaban sus fundamentos. La respuesta se basa en un cierto tipo de estrellas pulsantes que los astrónomos han estudiado con mucho interés, un tipo de estrellas variables conocidas como Cefeidas.
Los observadores del cielo nocturno han sido atraidos por estrellas que aparecen de la nada, permanecen visibles por una temporada, y después desaparecen - estrellas explosivas que nosotros conocemos ahora por el nombre de novas y supernovas. En 1596 se descubrió un tipo diferente des estrella que aparecía y desaparecía con regularidad. En 1638, se descubrió que la estrella Omicron en la constelación Cetus variaba su brillo con un periodo de 11 meses. Tal comportamiento sorprendió tanto que la estrella recibió el apodo de Mira, que en latín significa "la maravilla".
En 1784, se descubrió que la estrella
Delta en la constelación de Cepheus variaba en brillo
con un periodo mucho más corto -- 5.4 días --
que las variables de tipo Mira que se conocían. En torno a
1900, ya se conocían 1000 estrellas variables, incluyendo
muchas similares a Delta Cephei. La fotografía trajo consigo
un impresionante aumento en el número de estrellas variables
conocidas; el Catálogo General de Estrellas Variables publicado
en 1985 incluye unas 30000,
y su número ha crecido significativamente desde entonces.
Existen Cefeidas con muy diferentes tamaños,
masas y edades. Tienen entre 25 y 100 veces el radio de nuestro Sol
y entre 5 y 15 veces su masa. La teoría de evolución
estelar nos permite deducir sus edades, las cuales oscilan entre
100 millones de años para las más pequeñas y
10 millones de años para las mayores y pesadas. Por comparación,
el Sol tiene unos 5000 millones de años.
Las Cefeidas se hacen notar incluso en galaxias distantes, puesto que se encuentran entre las estrellas más luminosas y además por sus grandes variaciones de brillo. Ambas características fueron las que llamaron originalmente la atención de los astrónomos.
La relación periodo-luminosidad,
descubierta por Henrietta Leavitt
en 1908, proporcionó los fundamentos para utilizar estrellas
variables en la determinación de distancias extragalácticas.
Analizando fotografías de una galaxia muy cercana que
recibe el nombre de la Pequeña Nube de Magallanes, Leavitt
encontró cientos de estrellas similares a Delta Cephei.
Al hacer una gráfica del periodo de variación frente
a su brillo promedio, Leavitt descubrió que las Cefeidas
con periodos más largos eran las más brillantes. Puesto
que todas las Cefeidas en la Pequeña
Nube de Magallanes están aproximadamente
a la misma distancia de nosotros, la relación entre el periodo
y el brillo aparente implica tambien una relación entre el
periodo y la luminosidad, el brillo verdadero de la estrella. Y así
se descubrió la relación periodo-luminosidad.
La utilidad de la relación es simple de entender. Una fuente de luz, ya sea una bombilla o una Cefeida, aparece más débil cuanto más lejos está. El brillo aparente disminuye de forma proporcional al cuadrado de la distancia. Si sabemos cuál es el brillo real de la fuente (su luminosidad), podemos compararlo con el brillo aparente, y así determinar a que distancia se encuentra.
Una vez determinado el periodo con el que una Cefeida varía, los astrónomos utilizan la relación periodo-luminosidad, para extraer la luminosidad. Comparando la luminosidad con el brillo aparente, obtenemos la distancia a la Cefeida.
La relación periodo-luminosidad de las Cefeidas es una de las herramientas más importantes para medir la distancia a otras galaxias, y por tanto para medir el tamaño del universo. Combinando tamaño del universo con su ritmo de expansión, podemos calcular su edad. Para un ritmo de expansión dado, cuanto más grande encontremos que sea universo, más viejo será, ya que necesitará más tiempo para alcanzar su tamaño.
Encajando las piezas del rompecabezas
El reunir las diferentes pistas que llevaron
a entender las Cefeidas en los años 60, requirió
unos 80 años de trabajo. Las Cefeidas deben la variabilidad
de su brillo a pulsaciones rítmicas que las hacen expanderse
y comprimirse repetidamente, variando su tamaño en torno a
un 10%. Esta sucesión de expansiones y contracciones
lleva tambien consigo un importante cambio en la temperatura
superficial. Los gases de sus capas externas se calientan cuando
la estrella se comprime, y se enfrían cuando
ésta se expande. La cantidad de
luz que una estrella emite depende de su tamaño (a mayor
tamaño, más luz emite) y de su temperatura superficial
(cuanto más caliente, más brillante).
A medida que los gases en las capas más
externas de la estrella
se calientan (al comprimirse la estrella),
sus propiedades cambian, de modo que se vuelven más opacos, impidiendo
que la luz que proviene del interior escape. Parte de la luz retenida
se convierte en energía mecánica, que detiene el colapso
y lo invierte, empujando dichas capas de la estrella hacia fuera.
En este proceso, el gas se vuelve a enfriar y se vuelve más
transparente a la luz que llega del interior.
Así la energía mecánica que soporta estas
capas desaparece, y la gravedad hace que colapsen de nuevo hacia
dentro, provocando que comience una nueva pulsación. Los estudios
de física sobre las pulsaciones han revelado que el proceso
es más lento en las Cefeidas más luminosas; así,
la relación periodo-luminosidad muestra que las
estrellas más luminosas pulsan con periodos más largos.
Las Cefeidas no son las únicas estrellas que pulsan. Tambien lo hacen las estrellas conocidas como ¨Miras¨, las ¨RR Lyrae¨, y muchos otros tipos del zoo de estrelas variables. Algunas de estas otras estrellas variables son tambien útiles para medir distancias dentro de nuestra Vía Láctea y a otras galaxias, pero ninguna ha sido tan efectiva como las Cefeidas a la hora de hacer de metro del universo.