Los planetas, en cambio, no aparecen como puntos, si no como círculos pequeñísimos, pero con el tamaño sufiente para contrarrestar el efecto distorsionante producido por la turbulencia atmosférica. Son objetos "extensos", en contraposición con las estrellas, que son objetos "puntuales", y solo centellean cuando su luz pasa por grandes cantidades de atmósfera, por ejemplo cuando están cerca del horizonte.