Senales de Vida
La astronomía puede estar a una década, más o menos, de contestar una de las preguntas más interesantes de la ciencia: ¿Existe vida en otros lugares del universo? Además de buscar vida en nuestro sistema solar e intentar detectar señales de otras civilizaciones, los astrónomos buscan planetas que tengan posibilidades de albergar vida e intentan detectar señales de vida en la luz que recibimos de ellos.

El descubrimiento de muchos planetas gigantes en órbita alrededor de otras estrellas indica que es probable que los planetas –al menos los planetas como Júpiter- sean comunes. En esos planetas, sin embargo, hay pocas posibilidades de que exista vida. Para encontrar vida, los astrónomos están intentando detectar planetas pequeños y rocosos similares a la Tierra. Esto desborda la tecnología actual, aunque no estamos lejos de poder hacerlo.

An artist's concept of a giant planet orbiting a star other than the Sun.

Representación gráfica de un planeta gigante en órbita alrededor de una estrella que no es el Sol, visto desde una luna helada. Aunque se cree que es poco probable que estos ‘Júpiteres gigantes’ puedan albergar vida, sus lunas pueden tener más posibilidades, quizás en océanos debajo de sus cortezas heladas.

La mayoría de los métodos de descubrimiento de planetas detectan los efectos de los planetas en el movimiento o en la luz de las estrellas en torno a las cuales orbitan; no pueden “ver” el planeta directamente. Para encontrar las señales de vida, los astrónomos tienen que tomar fotos de los planetas y analizar la luz de los mismos. Pero planetas como la Tierra en torno a otras estrellas son pequeños y tenues, por lo que las imágenes directas requerirá grandes telescopios espaciales que puedan bloquear la luz de la estrella madre. Ya hay uno planeado: el Buscador de Planetas Terrestres Darwin.

No existe todavía una definición completa de “vida,” pero los astrobiólogos (los científicos que estudian la posibilidad de vida más allá de la Tierra) han limitado la busca al tipo de vida que nos es más familiar: “la vida tal como la conocemos.”

Este tipo de vida requiere componentes complejos de base carbónica en interacción con agua líquida. El carbono no tiene rival en su capacidad para formar enlaces fuertes, y para formar las moléculas complejas que pueden almacenar y transmitir enormes cantidades de información –una de las marcas distintivas de la vida. El agua líquida es única en muchas de sus propiedades y en las diversas funciones que puede desempeñar eficientemente. El carbono, y el hidrógeno y el oxígeno que forman el agua son abundantes en el universo. Se ha detectado agua y moléculas complejas de carbono en medios muy inhóspitos, así que sabemos que se forman fácilmente.

El agua líquida sólo puede existir en una franja estrecha de temperaturas. La temperatura de un planeta está determinada fundamentalmente por la distancia a su estrella, por lo que existe un pequeño grupo de distancias –llamada la “zona habitable”- donde los astrónomos esperan encontrar ese tipo de planetas con agua. La detección de vapor de agua en la atmósfera de un planeta proporcionaría evidencia sólida de que la temperatura del planeta es la “justa” para la vida. El dióxido de carbono también es un buen indicador de que hay posibilidades de vida en el planeta.

Pero todo esto son indicios de que ese planeta podría albergar vida, no pruebas de que en él ya vivan organismos. ¿Cuál sería una “firma” biológica real? Muchos científicos creen que una evidencia sólida es la presencia de oxígeno molecular abundante, o su producto, el ozono, ya que en la Tierra el oxígeno molecular es producido principalmente por la fotosíntesis de las plantas. La detección simultánea de agua, dióxido de carbono y oxígeno –o de ozono- sería una señal clara de que en un planeta se están dando procesos biológicos.

Otra firma biológica clara sería la detección de grandes cantidades de oxígeno y de un gas como óxido nitroso o metano, parque en la Tierra estos gases son producidos casi exclusivamente por procesos biológicos. Metano es un objetivo principal del Buscador de Planetas Darwin, pero puede que sea difícil de detectar. Unos investigadores, sin embargo, han descubierto recientemente que estas firmas biológicas, así como la del cloruro de metilo –un componente que en la Tierra es producido casi exclusivamente por organismos vivos- pueden ser muchos más fuertes en planetas como la Tierra en órbita alrededor de las estrellas pequeñas y frías conocidas como enanas rojas. Ello podría convertirlas en objetivos de observación prioritarios.

La superficie de un planeta también almacena mucha información. Ciertas propiedades de la luz reflejada en plantas verdes podrían proporcionar una buena firma biológica. Un enfoque parecido usa los distintos porcentajes de luz reflejada por los océanos, los desiertos, la vegetación, las nubes y el hielo. Las variaciones en la cantidad de luz reflejada por un planeta al rotar podrían revelar grandes océanos, hielo en la superficie o incluso bosques en planetas parecidos la Tierra.

Ninguna de estas firmas biológicas es exacta, y cualquiera de ellas puede ser producida mediante otros procesos físicos. Sin embargo, si las consideramos todas juntas, constituyen una serie de pruebas que pueden sugerir si los planetas parecidos a la Tierra albergan vida parecida a la terrestre.